Año: 2003
Editorial: Sudamericana, Plaza Janes, Harper Collins
Premios: N/A
Tras leer este libro la principal pregunta que se me viene a la cabeza es: ¿Puede realmente un escritor cambiar de género literario? La respuesta más obvia es que si, se puede. Pero, y esta es la segunda pregunta que me hago, ¿tiene el escritor la seguridad de que le irá bien tanto en un campo como en otro? Y aqui la respuesta es no, lastimosamente. Cambiar un género literario por otro es como cambiar de arte. Un pintor convertido en músico puede fallar, y desagrada ver la caída de un artista que se ha hecho conocer por ejecutar un arte específico y de manera positiva.
No quiero decir que "El Reino del Dragón de Oro" es malo, pues no lo es. Pero cualquiera que haya admirado la capacidad de Isabel Allende para construir historias y contarlas se puede encontrar desilusionado al leer este libro. Incluso es asombroso pensar que la autenticidad del libro es irreprochable ya que no se reconoce el estilo de la escritora en ninguna línea.
Como dije anteriormente, el libro en sí no es malo. Fue escrito como la continuación de "La ciudad de las Bestias" y le seguirá un libro aún pendiente que completará la trilogía que describe las aventuras de Nadia y Alexander. Si se debe recomendar alguno de los dos libros que ya están a la venta alrededor del mundo, se recomienda "La ciudad de las Bestias", no por ser el primero pero por estar mejor construído en mi criterio. Se tiene que hacer enfasis también en que ésta serie de libros está dirigido a la juventud, lo cual incurre en el cambio de estilo automáticamente, haciendo comprensible los errores de la escritora por ser "novata" en este género.
Para aquellos interesados en el tema, planteo una nueva pregunta, con su previa introducción. Este nuevo campo literario que se le ha abierto justamente a los más jóvenes, que ahora cuentan con incontables libros dirigidos a ellos como la trilogía de "El Señor de los Anillos", el quintento "Potteriano" de J. K. Rowling (Harry Potter), los libros de Georgia Byng como "Molly Moon y el Increible Libro del Hipnotismo", ha hecho notar a las editoriales y escritores que existe un sector jóven que no ha sido tomado en cuenta en mucho tiempo y es valioso tanto cuantita como cualitativamente. Sin embargo, ¿deberían las editoriales proponerles sustanciosos contratos a sus escritores élites para incorporarse en estos temas?